Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista.
Luego vinieron a por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.
Luego vinieron a por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron a por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.
Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada.
Martin Niemöller
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La primera noche ellos se acercan y cogen una flor de nuestro jardín,
y no decimos nada.
La segunda noche ya no se esconden, pisan las flores, matan nuestro perro,
y no decimos nada.
Hasta que un día el más frágil de ellos entra solo en nuestra casa,
nos roba la luna,
y conociendo nuestro miedo
nos arranca la voz de la garganta.
Y porque no dijimos nada
ya no podemos decir nada.
Vladimir Maiakovski
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jueves, 9 de septiembre de 2010
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